Dime con quién andas y te diré quién eres, ¡también en el extranjero!
Dime con quién andas y te diré quién eres
Esta máxima tiene raíces antiguas y se remonta a J. W. Von Goethe, quien escribía: "Dime con quién andas y te diré quién eres, y si sé de qué te ocupas sabré en lo que puedes convertirte".
El concepto ha sido retomado y reelaborado en tiempos más recientes por uno de los más grandes autores motivacionales del XX siglo, Jim Rohn, el cual individuó una modalidad relacional fundamental: "Tu eres la media de las 5 personas que frecuentas más".
Cambiando de país y trasladándote a vivir en el extranjero, has tenido que construir una nueva red social: nuevos amigos, nuevos compañeros de trabajo, nuevas compañías.
¿Por quién has elegido rodearte? Por personas acostumbradas a quejarse, a las que les cuesta adaptarse a usos, costumbres y hábitos del país de acogida, ¿que critican su cultura? O por personas entusiastas, que viven la nueva experiencia como una aventura, que te empujan para que seas curioso, para que te comprometas en el aprendizaje de la nueva lengua, ¿que te invitan a descubrir y experimentar las peculiaridades locales?
A veces en un contexto extraño al tuyo, alejado de "casa", acabas frecuentando a personas que quizás nunca hubieses frecuentado en tu país de origen, elegidas más por afinidad cultural y/o lingüística que de carácter.
Las personas que frecuentamos más influyen de forma determinante en nuestras experiencias.
Habrás notado que hay personas con las que estás a gusto, con las que es agradable charlar, que te transmiten una sensación positiva después de un encuentro.
Otras, en cambio, te agobian y te entristecen: al finalizar un intercambio te dejan fatigado y con un sabor amargo en la boca, vuelves a tu casa cargado de negatividad.
Nuestra actitud mental de hecho se configura como la media de las convicciones, de los valores y de los comportamientos del sistema al que pertenecemos, caracterizado en especial por las cinco personas con las que entrelazamos las relaciones más asiduas o más intensas.
Ideas, convicciones, opiniones no son completamente nuestras, sino en buena parte también son el fruto de nuestras interacciones cotidianas.
Hace poco conociste a nuevas personas y no estás seguro de que puedan influir de forma positiva en tu vida… entonces tendrás que preguntarte:
- ¿Qué comportamientos he adquirido desde que frecuento a esa persona?
- ¿Qué tipo de pensamientos he desarrollado?
- ¿Qué sentimientos me ha trasladado? ¿Confianza, energía, seguridad?¿ O más bien miedo, inseguridad, pesimismo…?
¡Recuerda que eres la media de las 5 personas que frecuentas más!
Si tienes ganas de compartir tus reflexiones al respecto, puedes escribirlas en los comentarios que siguen.
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